Los precios de la vivienda, que llegaron a crecer un 18,5% en 2003, el año de máximo apogeo de la época dorada del ladrillo, cerrarán este año en torno al 4%. Es lo que ayer dijo Rafael Pacheco, director general de Arquitectura del Ministerio de Vivienda. A falta del dato oficial, que se hará público el próximo 18 de enero, Pacheco apuntó a un encarecimiento del 4%, por debajo del 5,3% registrado en el tercer trimestre del año.
"El progresivo acercamiento de los precios de la vivienda al IPC se ha acelerado", aseguró el alto cargo de Vivienda durante el foro inmobiliario que organiza el Instituto de Empresa. Pacheco aseguró que esta evolución supone un "aterrizaje suave" en el marco del "ajuste" del sector inmobiliario, por lo que descartó una "crisis profunda" o una "caída drástica de los precios que ponga en peligro la economía nacional".
Además, en el ministerio que dirige Carme Chacón han lanzado un mensaje de tranquilidad al sector, ya que aseguran que en 2007 se construirán más de 600.000 viviendas en España, lo que muestra el buen momento del sector inmobiliario.
Tras las elecciones
Pacheco también anunció que una de las medidas que la ministra presentó dentro del plan estrella del Gobierno para impulsar el alquiler no se podrá llevar a cabo en esta legislatura. Se trata de la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Civil para agilizar los trámites de los desahucios por impago, que, según Pacheco, no será posible acometer hasta después de las elecciones por falta de tiempo.
Pacheco se mostró confiado en que el Gobierno que salga de los próximos comicios acometa las modificaciones previstas para abreviar los desahucios e incentivar la salida al mercado del alquiler de viviendas vacías. Fuentes del ministerio precisan que intentarán "si es posible" emprender esta reforma en la presente legislatura, pero que si no hay tiempo, lo harán en la próxima.
La reforma pospuesta incluye la puesta en marcha de juicios rápidos para reclamar deudas, la reducción a 15 días del plazo del que dispone el inquilino moroso para oponerse al desahucio (enervación), el que la incomparecencia al juicio por parte del inquilino no retrase el proceso o que la sentencia que condena al pago de las deudas comprenda todas las acumuladas hasta el momento en el que el propietario recupere su piso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de noviembre de 2007