Llovió, llovió y llovió. Todo el día. A las siete de la tarde de ayer el observatorio de Barajas registraba 20 litros por metro cuadrado. La razón son, según explica el meteorólogo Florenci Rey, unos vientos, los ábregos, templados y húmedos, que proceden del Atlántico y dan lugar a los grandes temporales de lluvia en la Península.
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Las carreteras de Madrid registraron por la mañana hasta 100 kilómetros de atascos, la mayoría en la A-6, A-2 y M-40. El túnel del paseo del Rey, en la zona de Virgen del Puerto, se cerró (y seguirá cerrado hasta esta mañana) por el desprendimiento de cascotes que se produjo a las siete. La lluvia también sirvió para reducir los altísimos niveles de contaminación de este mes (ayer había 107,98 microgramos de NO2, frente a los 629 del 5 de noviembre). Los ecologistas aseguran que el problema de Madrid es estructural: "Sólo hay renovación del aire cuando el tiempo es inestable como ahora, pero las medias anuales dan miedo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de noviembre de 2007