En 2006 fueron 200 y este año, entre enero y octubre, se han registrado 142 "incidentes violentos" protagonizados, en distintos centros del Servizo Galego de Saúde, por pacientes que agreden al personal sanitario o por profesionales contra sus propios compañeros. De estos 142 ataques "verbales, gestuales o físicos", 102 tuvieron lugar en la Atención Primaria y quienes los padecieron, en un 75% de los casos, como en años anteriores, fueron las mujeres.
Para combatir esta realidad -peor que la que desvelan las estadísticas, porque muchos profesionales consideran la violencia un gaje de su oficio y no denuncian-, la Consellería de Sanidade estrenó ayer una campaña a través de los medios de comunicación y en los mismos centros sanitarios, igual que hace dos semanas lanzó otra para promover el uso racional de las Urgencias. Desde hoy, los hospitales y ambulatorios se irán decorando con figuras de cartón a tamaño natural que invitan con su cara amable a repartir cordialidad en la sala de espera y la consulta. "Eu apúntome ó bo trato", afirma el bocadillo de diálogo que sale de sus labios. Y a continuación, en letra más menuda, se añade: "O bo trato é o mellor tratamento".
La campaña, enmarcada en el Plan de prevención da violencia laboral no Sergas que se acometió hace dos veranos, comenzó en realidad hace ya días con el envío por correo postal de una circular a todos los trabajadores, más de 35.000, de los 400 centros sanitarios públicos de la comunidad. La medida se completará, según la conselleira, María José Rubio, con la mejora progresiva de las salas de espera, que se harán "más confortables" o con el "reforzamiento de la seguridad en las áreas más conflictivas y en la atención domiciliaria". Hasta este año, los departamentos más problemáticos eran los de Psiquiatría y Urgencias. En 2007, los números hablan de un cambio de tendencia. Ahora los vigilantes deben apostarse junto al médico de familia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de noviembre de 2007