La soledad sentimental del presidente francés Nicolas Sarkozy se ha topado con una sorpresa: las proposiciones amorosas de Yang Erche Namu, una ciudadana china, originaria del Tíbet, que se ha ofrecido al presidente como nueva esposa.
Ella, que como él está divorciada, asegura que, a pesar de que no le entiende lo más mínimo (porque no sabe ni una palabra de francés), le encanta como habla. Y, sobre todo, afirma que le parece que es el hombre con la boca y los labios más prometedores que jamás haya visto. "Me muero de ganas de besarle", dice en su mensaje, vía Internet, que ha dado la vuelta al mundo.
No consta que Sarkozy, en su viaje de regreso de China, llevase, junto con sus maletas repletas de contratos, una esposa de recambio. Tras la ruidosa separación de Cécilia, Nicolas Sarkozy parecía haber decidido pasar las noches tranquilamente con los amigos, escuchando canciones o contemplando un buen partido de fútbol en la televisión.
Pero Yang Erche Namu, de 41 años, cantante, autora de un libro y modelo ocasional, se ha empeñado en romper la nueva rutina del presidente francés.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de diciembre de 2007