El consejero de Agricultura y Pesca, Isaías Pérez Saldaña, fue ayer implacable con las cofradías de pescadores andaluzas. Especialmente con la de Barbate (Cádiz), a la que acusó de no haber hecho "absolutamente nada" para ayudar a los familiares de los cinco marineros fallecidos en el naufragio del Nuevo Pepita Aurora, en septiembre. "Fueron los seguros de la Junta los que tuvieron que afrontar en los primeros meses las necesidades de esas familias", afirmó el consejero. "Y si una cofradía no vale para esto, no vale para nada", añadió.
El caso de Barbate sirvió a Saldaña para espolear a las cofradías y advertirles de que tienen que cambiar su manera de actuar, no sólo en lo social, sino también en lo estrictamente económico y productivo. "Las cofradías no pueden seguir actuando de la misma manera en que lo han venido haciendo hasta ahora", alertó, "deben tener un nuevo papel, con el fin de que los puertos de Barbate, Sanlúcar de Barrameda, Isla Cristina y Punta Umbría tengan una menor dependencia de la pesca extractiva y se conviertan en lugares de diversificación de una economía que no sólo dependa de la pesca".
Uno de los puntos claves en los que Saldaña se centró en el cambio de mentalidad necesario entre los trabajadores y empresarios de la mar. "No puede ser que después de la parada biológica, estando el golfo de Cádiz lleno de peces, los precios estén por los suelos. Eso pasa porque se llena el mercado de productos. Uno no puede salir al mar a pescar todo lo que encuentre", criticó. "Tenemos que sustituir la caja de pescado por la pieza de pescado de alta calidad. Ese es el futuro, una pesca sostenible de más calidad y menos cantidad", dijo.
El presidente de la Federación Andaluza de Cofradías de Pescadores, Manuel Peinado, pidió ayer el cese de Saldaña y dijo que la cofradía barbateña fue la primera en ayudar a los tripulantes del pesquero hundido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de diciembre de 2007