Wall Street acaba de perder a su ejecutiva más poderosa, Zoe Cruz, que deja el puesto de copresidenta en Morgan Stanley tres semanas después de que el banco revelará los cuantiosos daños que le está ocasionando la actual crisis en el mercado de crédito. Cruz, de 52 años, llevaba 25 trabajando para la entidad y en el pasado ya se le criticó por su estilo de gestión.
La banquera estaba bien situada para suceder a Philip Purcell al frente de Morgan Stanley cuando éste ocupaba el cargo de consejero delegado. Pero se vio superada por John Marck. Las apuestas erróneas en el negocio de las hipotecas de alto riesgo, que estaban bajo la supervisión de Cruz, llevaron al banco a anticipar unas pérdidas de 3.700 millones de dólares en el cuarto trimestre.
Marck cuestionó en seguida el liderazgo de su rival en la batalla por el control del banco. Su repentina salida se suma así a las dimisiones de Charles Prince como consejero delegado de Citigroup y la de Stanley O'Neill de Merrill Lynch. También se han producido bajas importantes durante los últimos meses en las cabezas ejecutivas de Bears Stearns y de UBS.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de diciembre de 2007