El Ministerio de Educación ha tenido la brillante idea de ayudar a los estudiantes universitarios con lo que han denominado "préstamos renta universidad". Y me parece una idea muy oportuna. Sin embargo, el procedimiento tiene muchos fallos. Para empezar, obligan a realizar todos los procedimientos por Internet (incluyendo el escaneado de documentos), sin establecer un medio alternativo de presentación de solicitudes, con todas las consecuencias que esto conlleva.
Pero lo peor de todo es que no están cumpliendo con los plazos legales que habían establecido para la resolución de las solicitudes. Se supone que el préstamo tiene el objetivo de que el estudiante se dedique al cien por cien a los estudios; sin embargo, a muchos nos están haciendo esperar de dos a tres meses, alargando el procedimiento, retardándose en responder a los e-mails y no resolviendo las dudas.
Muchos estudiantes están a la espera, habían confiado en que se respondiese en el plazo indicado, y los recursos económicos con los que contaban se están empezando a agotar. ¿De qué se supone que tenemos que vivir mientras esperamos?
Parece que tendremos que volver a trabajar mientras intentamos sacar adelante un posgrado; al fin y al cabo, éste parece ser el destino del estudiante español.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de diciembre de 2007