Jaime de Marichalar, en su segundo fin de semana de padre separado, llevó a sus hijos (Felipe y Victoria) al estadio Santiago Bernabéu a ver el partido del Real Madrid contra el Racing de Santander. El duque de Lugo, que es un madridista confeso, se había convertido en un habitual en el palco de honor del estadio madrileño, sin embargo en este encuentro se desplazó a un lugar de la grada (eso sí, reservado para entradas VIP), a la que se accede por el restaurante Puerta 57. Allí, desde la bonita perspectiva que se contempla junto al córner del fondo norte, se relajó con los goles iniciales de su equipo y sufrió con el dominio del Racing durante todo el partido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de diciembre de 2007