El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, aprovechó ayer su carta pastoral de Adviento para hacer una dura crítica al comportamiento de determinados medios de comunicación de la Iglesia. La pastoral, titulada La esperanza vence al miedo, se hace eco del "duro golpe" que ha supuesto para la mayoría de los ciudadanos "el retorno abominable de ETA" a la actividad terrorista y el recrudecimiento de la kale borroka, y alude asimismo al "endurecimiento de las posiciones políticas y de las reacciones institucionales" como expresión del "lamentable fracaso" de las expectativas de paz.
Sobre la actitud que mantienen los medios de comunicación de la Iglesia, Uriarte afirma: "Tienen el deber de ser ejemplares también a la hora de suscitar la esperanza. Muchos de sus escritos y programas son coherentes con este deber ineludible. Lamentablemente, no todos". Y, en una clara alusión a la Cope, añade: "La Iglesia debe procurar que todos sus profesionales siembren concordia, respeto al diferente, serenidad valorativa. Estas actitudes nutren la moral de los ciudadanos. Debe asimismo evitar que ninguno destile animosidad, ironía mordaz, sectarismo. Tales comportamientos desmoralizan, desaniman y siembran desesperanza".
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"Si por motivos comerciales o servidumbres ideológicas se describen y comentan de manera reiterada y duramente sesgada los aspectos sombríos de la realidad, el ánimo de los ciudadanos se encoge y, lejos de sentirse estimulado, puede ir hundiéndose en un derrotismo pasivo. El género literario preferente para generar esperanza no es el lamento ni el insulto, sino la propuesta constructiva", concluye.
Uriarte, mediador en 1999 entre ETA y el Gobierno de José María Aznar, lo que le otorga un conocimiento específico del problema, deja implícito su escepticismo ante la situación creada por los últimos asesinatos de ETA. "Queremos confiar en que este retroceso de la causa de la paz sea transitorio" (...) "Al día de la fecha, nada nos asegura que habrá de ser así", añade.
El obispo precisa que estos días la sociedad ha sufrido una "regresión deplorable y preocupante" que remite a un crudo pasado que muchos habían cancelado, en alusión al asesinato de dos guardias civiles a disparos de ETA. Y añade que una nueva decepción y un renovado temor a una confrontación inhumana han congelado la ilusión de la ciudadanía y debilitado su esperanza de paz.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de diciembre de 2007