El Ayuntamiento derribó ayer el último muro de la plaza de Lesseps, vestigio del urbanismo más duro de la era del que fue alcalde de Barcelona José María Porcioles, en palabras del alcalde de la ciudad, Jordi Hereu. Empiezan ahora las obras de urbanización de la superficie de la plaza, que servirán para crear un entorno en el que se dará prioridad al peatón sobre el coche. En esta fase, que durará un año, se pavimentará la plaza y se plantará césped y arbolado. Las obras empezaron en agosto de 2005. Desde entonces se ha derribado el tambor de cemento y se ha adecuado el túnel viario. Las quejas de los vecinos por las molestias causadas por los trabajos han sido una constante.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de diciembre de 2007