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El decorador imputado en el fraude de Irún decide no declarar ante la juez

El decorador José Lamy, imputado en el caso del fraude de la Hacienda de Irún, se acogió ayer a su derecho a no declarar. Guardó silencio ante la juez instructora de la causa después de que en otra comparecencia anterior, entonces como testigo, admitiese que asesoró como decorador a José María Bravo, ex director de la oficina tributaria de Irún y principal imputado en la estafa, actualmente en prisión.

Al parecer, Lamy decoró un hotel de lujo que José María Bravo regenta en la localidad extremeña de Jerte para saldar una deuda con la Hacienda guipuzcoana que ascendía a 26.000 euros. Tras los servicios prestados por Lamy, Bravo declaró su insolvencia, pese a que la deuda con el fisco no existía.

Mientras, el abogado Mariano Bravo (sin relación familiar con el principal imputado) prestó ayer declaración por su supuesta participación en el cobro de una deuda contraída por una empresa que asesoraba. Mariano Bravo afirmó que recibió 60.000 euros de los propietarios de Albañilería Estévez, firma sobre la que pesaba una deuda de 120.000 euros. La suma recibida, según su relato, fue entregada al ex director de la Hacienda de Irún, quien ordenó el levantamiento del embargo y emitió un justificante de pago a Mariano Bravo que entregó posteriormente a Albañilería Estévez, siempre según su versión.

Esta explicación de los hechos podría entrar en contradicción con la que han ofrecido los dueños de la empresa, quienes reconocieron haber dado en mano a Mariano Bravo los 60.000 euros para saldar la deuda, aunque aseguraron que nunca recibieron de éste el justificante.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de diciembre de 2007