Crocs, la marca que demostró que los zuecos no tenían por qué ser cosa sólo de farmacéuticas y enfermeras, pretende, después de poner patas arriba el mundo del calzado veraniego, hacerse un hueco también en el de invierno. ¿Cómo? Descuide, no tendrá que combinarlos con antiestéticos calcetines gruesos. El frío no se cuela por los agujeritos con el modelo que comercializa la compañía estadounidense. Porque, bajo la apariencia de estos zuecos, se esconde una piel de cordero. Por lo demás, los atributos de este calzado son los de toda la vida. Se vende comodidad y buena circulación para las piernas. Aunque en España se hubieran podido llamar Crocs Peluche o Crocs Borreguito, sus creadores han elegido un nombre de animal prehistórico y peludo y los llaman Crocs Mammoth. Están disponibles -a un precio aproximado de 49 euros- en la web de la marca (www.crocs.eu) y en las tiendas de Madrid de Hidelasa (www.hidelasa.com), el hipermercado de la salud que introdujo en España este peculiar y ligero calzado hecho con una resina especial antiolor y antibacterias.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de diciembre de 2007