Aíto García Reneses ha construido un arsenal con tanta pirotecnia que se necesita un comando de jugadores astutos, capaces de activar la réplica en el momento preciso y de la forma más adecuada para contrarrestarlo. Un equipo, por ejemplo, como el Real Madrid, con oficio, con un espíritu colectivo a prueba de bombas y, claro, con jugadores con tanta capacidad para sufrir como calidad para decidir. Así ganó el Madrid, sufriendo, gracias a su capacidad para sobreponerse en todos los terrenos.
A sus pívots les colocaron nada menos que seis gorros, a Papadopoulos Ricky Rubio le hizo un caño, la defensa del DKV Joventut le recuperó siete puntos al Madrid cuando parecía que todo estaba decidido (53-60), a Bullock lo secó el último recién llegado de la cantera de la que tira Aíto, llamado Pau Ribas. Ni por esas.
DKV JOVENTUT 65 - REAL MADRID 71
DKV Joventut: Ricky Rubio (9), Rudy Fernández (12), Barton (7), Jagla (8) y Moiso (7), cinco inicial; Ribas, Baxter, Popovic (3), Hernández-Sonseca (10), Laviña y Mallet (9).
Real Madrid: Raúl López (8), Bullock (19), Mumbrú (8), Hervelle (13) y Reyes (9), cinco inicial; Pelekanos (2), Smith, Sekulic (6), Aguilar, Papadopoulos (3), Tunçeri (3) y Llull.
Árbitros: De la Maza, Conde y Trujillo.
12.517 espectadores en el Palacio Municipal de Deportes de Badalona.
El Madrid se sobrepuso a todo en su visita a Badalona. Y Raúl López acabó decidiendo con un triple, como el que decidió el año pasado la semifinal contra el Barcelona, o el partido ante el Murcia hace pocas fechas. Un triple de los que dan fe de la capacidad resolutiva y la asunción de responsabilidad de un jugador. Quedaban dos segundos de posesión, poco más de un minuto para el final.
El Joventut apretaba de lo lindo (65-66), pero Raúl ni pestañeó. La clavó y así dio sentido al sensacional trabajo de todo el equipo madridista, encabezado por Felipe Reyes, sensacional como siempre en el rebote y cada vez más letal cerca del aro, un poco a imagen y semejanza de Hervelle, cuya aportación resultó imprescindible ante un rival tan bien pertrechado como es el Joventut en el interior de la zona.
Intimidaron mucho Jagla, Moiso y Baxter, pero el Madrid dio la réplica, ganó la batalla del rebote (29-37) y gracias a su defensa entre líneas acertó a frenar el ritmo galopante con el que Ricky y Rudy se siente tan a gusto. El Madrid llevó el partido a su terreno, a un ritmo relativamente controlado, en el que el talento de Bullock, Felipe Reyes y Raúl alcanzan su máximo valor.
Una victoria que le vale, al fin y al cabo, el liderato tras un partido que repitió la misma igualdad y parecidas emociones a las que ambos rivales exhibieron en la final del último campeonato. La cosa promete.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de diciembre de 2007