Esta semana apenas he ojeado las parrillas porque estuve ocupado observando y contabilizando esos spots de los nuevos regalos. Y éstas son mis primeras conclusiones. Estas Navidades entrarán en los hogares españoles un número tal de cacharros o juguetes digitales con pantalla enemiga de la tele generalista, y del tresillo del cuarto de estar familiar, que hará implosionar nuestro muy arcaico sistema de medición de audiencias de Sofres, y con él, la legitimación de todos esos horrores basados en las tablas del dios del audímetro, aparato de la prehistoria digital que está en sólo 3.105 hogares españoles, y no es broma.
Es una ley de raza física. Si regalas o te regalan uno de esos nuevos juguetes con pantalla digital (sea videojuego pasivo o estilo Wii, ordenador con ADSL, videomóvil de alta resolución, dúos o tríos con cable de Telefónica, DVD, iPod e incluso esas maquinitas del test cerebral), no sólo le estás restando a las pantallas generalistas preciosos minutos u horas de consumo idiota, lo cual es toda una hazaña, sino que estás creando una nueva y potente audiencia nacional alternativa, que por el momento no sabe o no quiere reflejar ese audímetro del año de la nana.
Piénsalo. Mientras estás entretenido con YouTube, E-Bay, chateando en el messenger, mandando y recibiendo e-mails, tragando de corrido tus series favoritas en DVD, o gracias a las descargas de nuestro Hernán Cacciari, escuchando o bajando clips, tecleando en la consola o zapeando en la web, resulta una cosa muy sencilla: no estás viendo La Televisión.
Dicho así, en mayúscula singular y "abstracto generalista". Estás fuera del sistema, como se decía antes, y encima no colaboras a las emisiones de ese otro CO2 que está arruinando con sus audiencias ciegas y masivas nuestro maravilloso y plural planeta televisivo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de diciembre de 2007