Mariano Rajoy concluyó ayer su primer gran viaje internacional en los últimos cuatro años con un baño de masas ante 4.000 personas en un mitin en Buenos Aires. Rajoy y Alberto Núñez Feijóo, el líder del PP gallego, que le acompaña en el viaje, arrancaron aplausos cuando prometieron mejores pensiones para los españoles en el exterior y sanidad gratuita.
El entusiasmo no fue tan grande cuando reclamaron que los emigrantes puedan votar en urna, y no por correo como hasta ahora, para evitar fraudes. Esa modificación, en la que coinciden todos los partidos, tiene problemas técnicos graves que podrían dejar sin votar a muchas personas en un país seis veces mayor que España, y donde España carece de consulado en todas las ciudades.
Rajoy logró atrapar al público, algo que no había conseguido el día anterior en Montevideo, donde llegó a hablar incluso de ERC y la gente parecía no entender nada.
La parte más polémica del discurso se produjo con el voto para los nietos. Rajoy y Feijóo llegaron a sostener que el Gobierno da la nacionalidad estableciendo diferencia "entre quienes lucharon en uno y otro bando" porque se concede a los nietos de exiliados. En realidad, según se encargaron de explicar los miembros del grupo Hijos y Nietos de Españoles, que acudieron al acto, la ley aprobada con el voto en contra del PP servirá para dar la nacionalidad a todos los nietos de españoles de origen, esto es, nacidos en España, fueran o no exiliados.
Esta organización sostiene que los populares mienten para justificar su oposición a un texto que abre la puerta a nacionalizar a millones de familiares de españoles.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de diciembre de 2007