Concluido el encuentro con los empresarios, el líder libio, Muammar el Gaddafi dijo en el Ayuntamiento de Madrid que los españoles que van a trabajar a su país le resultan "más próximos que los alemanes u otros europeos". "No me parecen extranjeros", insistió. También reiteró algo que dijo hace dos semanas en Lisboa: que no es el momento de hacer reproches al neocolonialismo y que, en definitiva, las dos orillas del Mediterráneo "intercambiaron invasiones mutuas" a lo largo de la historia, cosa que también ha tenido consecuencias positivas.
Los últimos mensajes del líder libio en España se orientaron hacia dos temas políticos y polémicos: el terrorismo, con el que Gaddafi ha sido implicado durante décadas, hasta su reciente vuelta al redil de Occidente; y los flujos migratorios ilegales, que no siempre han suscitado en Libia una actitud cooperativa para auxiliar a los náufragos.
En otro discurso improvisado que pronunció en el Palacio Real, durante un almuerzo al que acudieron, además de los Reyes, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; los ministros de Economía y de Exteriores y otras personalidades, Muammar el Gaddafi afirmó que el terrorismo sólo pretende "acabar con la estabilidad de los países" y defendió que España y Libia afronten conjuntamente ese problema que destaca entre sus principales preocupaciones. Don Juan Carlos resaltó, por su parte, la inmigración entre "los retos compartidos".
España y Libia han firmado durante esta visita una declaración política que prevé reforzar su cooperación para el control del tráfico de personas y el rescate de víctimas derivadas de los flujos ilegales en el Mediterráneo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de diciembre de 2007