La telemaratón es un viejo género de la pantalla chica. De la época en que era una caja a la que llamaban "tonta", la pantalla era realmente pequeña y la imagen un reflejo de sol y sombras. Ahora la tecnología le está dando alcance a la ciencia-ficción, pero las telemaratones siguen ancladas a su antigua estructura. Nada que objetar. El arte de entretener mientras se recauda dinero para una causa benéfica es bastante loable. Cuando hay arte. Y entretenimiento. La gala de Inocente, inocente (Antena 3) llegó un año más con sus bromas a famosos. En este caso la broma fue para Pepe Ruiz, el anterior marido en la pareja mayor de Escenas de matrimonio (Tele 5), acusado de apalear brutalmente con un lomo al corredor de fórmula 1 Lewis Hamilton. Juan Y Medio llevó el programa con soltura y conmovida complicidad, sobre todo en lo relacionado con los reportajes y entrevistas sobre los niños con enfermedades raras, a los que estaba dedicado. Los verdaderos inocentes.
Quizá por comparación, el otro maratón televisivo del miércoles, El disco del año (TVE-1), parecía el reverso de la moneda. Un desfile de actuaciones con lo más lucido del pop comercial español, un escenario de lujo, regalos espléndidos a los telespectadores (un Porsche, un BMW, miles de euros), que se habrán dejado el pulgar liso de tanto SMS. Al frente, un Antonio Garrido (Identity) algo brusco en sus gestos, salvado por la mejor comunicadora, Ainhoa Arbizu. A él le falta naturalidad. Se le nota demasiado el guión.
Los de Inocente, inocente recaudaron de los espectadores un millón y medio de euros. Nunca se sabrá cuánto se llevaron de sus fieles los de El disco del año. Unos lo dan, otros se lo juegan. Tal vez el entretenimiento no esté ni en los famosos, ni en la música, ni en las bromas. El dinero hace girar el mundo. Se sabe. Pero lo que emociona realmente es el juego de ganar y perder. Lo bueno es cuando los que ganan son los que más lo necesitan. Aunque esos inocentes jamás se enteren. Mejor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de diciembre de 2007