LA NUEVA TERRA es una moto alta y corpulenta que aparenta tener más cilindrada que sus 125cc. Cuesta 3.699 euros, y, por ese precio, Derbi ofrece un modelo mixto, de imagen actual y mecánica moderna, que sirve para ciudad, campo y carretera, y que puede conducirse con el carné B de coche.
El frontal se inspira en las grandes trail actuales (motos de asfalto y campo). Tiene un guardabarros de plástico que va pegado a la rueda delantera, y una aleta superior en forma de pico de pato unida a los laterales del depósito, que alberga un faro de buenas dimensiones y una cúpula discreta que protege correctamente del aire. El manillar, como corresponde a una buena trail, es ancho y alto; las estriberas están bien centradas, y ofrece una posición de pilotaje cómoda y relajada. Cuenta con un asiento amplio para llevar sin agobios a un pasajero e incorpora una parrilla portaequipajes en la parte posterior. El cuadro de instrumentos es sencillo, pero tiene toda la información necesaria. Y tanto la terminación como la calidad de los plásticos y ajustes son notables.
EL MOTOR, PROTAGONISTA
El pequeño motor de la Terra ha sido desarrollado íntegramente por los ingenieros de Derbi en Barcelona y es el mismo que monta la Mulhacén 125. Sobresale por su moderno diseño y excepcional rendimiento, y es un monocilíndrico de cuatro tiempos refrigerado por agua con culata de cuatro válvulas y dos árboles de levas. Rinde 15 CV a 9.500 vueltas, y a pesar de tener sólo un cilindro responde con mucha suavidad y pocas vibraciones, y se ha convertido en la envidia de la competencia. El cambio es de seis marchas, y el embrague, de discos múltiples.El bastidor es de tubo de acero con el basculante del mismo material. Lleva una horquilla convencional con 150 milímetros de recorrido en la suspensión delantera y un monoamortiguador trasero que permite regular la precarga del muelle. La transmisión es por cadena y los frenos son de disco en ambos ejes: 280 milímetros delante y 220 detrás.
SORPRENDE Y CONVENCE
Al sentarse en la Terra se repite la misma sensación que cuando se ve por primera vez: parece una moto de más cilindrada. Pero la sorpresa llega al arrancar, porque responde al gas con una suavidad increíble, sube de vueltas con la mayor facilidad y las marchas van pasando mientras mueve con energía sus 125 kilos de peso. Esta Derbi se desplaza con gran agilidad en ciudad y tiene una postura de conducción muy confortable. Gracias a su altura permite disfrutar una visión dominante en el tráfico urbano, y aporta un buen ángulo de giro y unos frenos eficaces. Pero donde más se disfruta es en carreteras viradas. Conviene llevar el motor por encima de 5.000 vueltas, que gira como un molinillo y se estira hasta casi las 12.000. Si se mantiene entre estos regímenes ofrece una conducción muy divertida en zonas viradas, porque permite sacarle el máximo partido y muestra una respuesta limpia y enérgica que nos traslada con poderío de un viraje a otro. Exige utilizar el cambio con decisión, pero las marchas entran siempre con precisión y rapidez. Y el comportamiento es irreprochable: el conjunto responde con finura y equilibrio y apenas presenta una pega reseñable. Sólo falla la horquilla delantera, que es algo blanda y, aunque la Terra se defiende bien fuera del asfalto, puede hacer tope con cierta facilidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de diciembre de 2007