He oído varios comentarios sobre que para algunos éstas son fiestas tristes. Yo, a pesar de que soy filipina y vivo hace años en este país, y por tanto fuera de mi tierra y lejos de mi familia, procuro buscar el lado bueno de la vida. Ahora mi familia es mi marido y su familia. Ahora mi tierra es ésta, y quiero a las personas que tengo cerca. Creo que lo importante es amar y sentirse amado. Lo triste sería no ser fiel a la persona con la que me he comprometido. Quizá algunas personas no son felices porque siempre quieren más de lo que poseen, porque no se conforman con lo que tienen a su alcance o porque les falta esperanza. Todos echamos en falta a gente que ya ha fallecido o está a muchos kilómetros, pero si mantenemos vivo el amor pienso que éste nunca muere si es auténtico. Con mis mejores deseos para todos en el 2008.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de diciembre de 2007