Música y apoyo público siguen yendo de la mano. El Ayuntamiento de Bilbao subvencionó con 1.500.000 euros el segundo Bilbao Live Festival, que atrajo a 94.712 aficionados. Y en las fiestas patronales tocaron casi todos los artistas destacados del panorama pop rock español, desde Miguel Bosé a La Quinta Estación, pasando por viejos rockeros como Barón Rojo, que grabaron su último trabajo en la Aste Nagusia bilbaína. Sólo las capitales reservaron más de dos millones de euros a las contrataciones de fiestas
La iniciativa pública también está detrás del 42º Jazzaldia donostiarra (135.000 espectadores), el 31º Festival de Jazz de Vitoria, la 68ª Quincena Musical de San Sebastián (55.000), el sexto Musika-Música (30.000) y las muestras de folk, blues y jazz de Getxo (que sumaron 83.000 asistentes). Y sus subvenciones han permitido montar con más holgura citas como el Azkena Rock Festival, Bilbao Urban Musikaldia, Festival Contra la Censura y Musiketan. Pero, según el presidente de la APM, ese dinero fresco procedente de las arcas publicas genera inflación y hace que los agentes de las grandes figuras extranjeras pidan "auténticas fortunas" por venir.
En cuanto al panorama discográfico, negros nubarrones siguen enturbiando el horizonte, pero siempre has excepciones que se escapan de la regla del pesimismo. Por ejemplo, el último álbum de Ken Zazpi (Argiak) ha despachado casi 20.000 ejemplares en menos de un mes, y del recopilatorio Gaztea, the singles se han vendido también más de 10.000. Tambén han llegado al mercado nuevos discos de Jabier Muguruza, Txirri, Mirri eta Txiribiton, Gontzal Mendibil, La Inconsciencia de Uoho, Lisabö, Oskorri, Tulsa, Gari, Standard y Rogelio Botanz, entre otros.
Los auténticos superventas vascos han sido noticias por otras cuestiones: Fito & Fitipaldis, por recibir un disco de diamante tras sumar más de un millón de discos vendidos, y La Oreja de Van Gogh por la marcha de su cantante, Amaia Montero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de diciembre de 2007