Estos días de invierno a Óscar Freire le duele un tobillo, que se le hinchó porque se dio un golpe tonto durante las vacaciones, pero eso no le impide salir a entrenarse todos los días por sus carreteras cántabras.
Desde muy joven, para llevar la contraria a toda la tradición hispana que ama a los escaladores y desprecia a los sprinters, el ciclista de Torrelavega se empeñó en ganar campeonatos mundiales, y lleva tres -1999, 2001 y 2004-, en despreciar las victorias pequeñas y en soñar con la Milán-San Remo, el Mundial de primavera, y lleva dos -2004 y 2007-. Este año, la clásica de San Remo cae en Sábado Santo, una fecha señalada que Óscar Freire puede hacer más recordable con una tercera victoria en vía Roma para deshacer el empate con el catalán Miguel Poblet, que fue una excepción en el ciclismo español hasta su aparición.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 2 de enero de 2008