Los usuarios de los autobuses de Barcelona empezaron el año como lo acabaron: esperando en las paradas más tiempo de lo habitual a causa de la huelga de conductores de TMB. En diciembre se convocó una primera tanda de paros, y ayer empezó la segunda, que durará hasta mañana.
A primera hora de la tarde de ayer eran pocos los autobuses que circulaban y los que lo hacían iban, en su mayoría, a rebosar. Las esperas fueron las habituales en las jornadas anteriores de paro. "Los otros días de huelga me tuve que esperar más de media hora. Esta vez ya llevo 45 minutos en la parada y aún no ha pasado ningún autobús", lamentó Nuria Ruiz. Como ella, eran muchos los usuarios que debían esperar el doble de tiempo de lo normal. "Mi autobús pasa cada cuarto de hora. Por la mañana he esperado media hora. Ahora llevo 20 minutos y sólo han pasado dos autobuses de otras líneas", aseguró Amparo Prades.
A pesar de los carteles colgados en las paradas, que recordaban a los viajeros las interrupciones del servicio, algunos, como Patricia Gómez, no se enteraron que los conductores continuaban con el paro. "No sabía que había huelga. Llevo media hora esperando el bus, tendré que ir en metro para llegar a casa".
Los usuarios buscaron soluciones para no perder tiempo. La mayoría optó por usar el metro o pedir un taxi. "Llevo media hora en la parada y no ha pasado ningún autobús. Ya no quiero esperar más, cojo un taxi", dijo Esteban Domingo. Nuria Ruiz no tenía esa opción: "No tengo alternativa. En metro tardo más de una hora, y el taxi no me lo puedo permitir". Algunos viajeros eligieron otras opciones para ahorrarse tiempo, como comer cerca del trabajo en vez de volver a casa al mediodía.
Las reivindicaciones de los conductores eran recibidas de diferente manera entre los viajeros. Unos entendían su postura y aceptaban el derecho a huelga de los trabajadores de TMB. Otros lamentaban que los usuarios tuvieran que pagar el pato y aguantar las molestias provocadas por el paro.
"Me parece mal que los conductores hagan huelga, y más en estas fechas", opinó Luis Domingo mientras esperaba el bus. "Las empresas aguantan el empuje de los trabajadores, y al final, siempre somos los ciudadanos los más afectados por el paro", argumentó. Lorena García no era de la misma opinión: "Las interrupciones son molestas, pero debemos respetar las reivindicaciones de los trabajadores", afirmó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de enero de 2008