Día a día, 2008 demuestra que no ha arrancado con buen pie para la renta variable. Todos los datos apuntan en la misma dirección, hacia abajo. Y por esa pendiente se deslizan los mercados. Ni uno solo de los grandes parqués mundiales puede presumir de ganancias a estas alturas del año.
Los temores a que la crisis financiera llegue a la economía real toman cuerpo entre los inversores, tanto en España como en el resto del mundo. Si el día anterior los datos del repunte de la inflación y el incremento del paro registrado infligieron un castigo mayor a la Bolsa española que al resto. Ayer fue el turno de los datos macroeconómicos procedentes de Estados Unidos. La noticia de que el paro había subido hasta el 5% en la primera economía acentuó el pesimismo de unas Bolsas que hasta el momento contenían las pérdidas a duras penas, como la española o la alemana; o abrían con ligeras ganancias, como Londres. La excepción la había marcado Tokio, que tras tres días de fiesta perdió un 4%.
El dato estadounidense corrió como un sudor frío por la espalda de los inversores, y a partir de entonces comenzó el desplome. El Ibex acabó cerrando en 14.602,3 puntos al perder un 1,71%. Los demás índices españoles acompañaron al selectivo. Mención específica merece el que agrupa a las pequeñas compañías, el Small Caps, que perdió un 3,1%.
En Europa, el paro estadounidense rompió con la indecisión que había inaugurado la jornada e inundó de pesimismo los parqués. Entre las grandes plazas destacó Londres que se dejó lo avanzado en la jornada anterior al caer un 2%. Si bien, quedó lejos del desplome de Estocolmo, que perdió un 3,42%.
También Nueva York recibió los datos con nervios. Las pérdidas fueron significativas desde el comienzo de la sesión. Y eso llevó a especular a los analistas al otro lado del Atlántico con un nuevo recorte de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, esta vez de medio punto, con lo que quedarían en el 3,75%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de enero de 2008