Cardenal viene del latín cardo, bisagra. A su alrededor gira todo el edificio de la Iglesia romana, junto al Papa. Son unos 120, la crema eclesiástica. Yerran los que creen que Agustín García-Gasco -o Cañizares, el primado de Toledo- es un martillo contra el Gobierno socialista sin la bendición vaticana. Lo que predican los cardenales lo sabe el Papa, que ha nombrado a García-Gasco príncipe de la Iglesia pese a haber superado éste, con creces, la edad de jubilación.
García-Gasco (Corral de Almaguer, Toledo. 1931) sostiene hoy que el Ejecutivo Zapatero amenaza la democracia con sus políticas de familia. No fue siempre tan conservador. Al menos eso creyó el cardenal Tarancón, que lo tuvo como uno de sus obispos auxiliares preferidos en el arzobispado de Madrid.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de enero de 2008