El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad (centro), presentó los presupuestos de 2008 en el Parlamento entre los aplausos de sus acólitos. Los altos precios del petróleo han dado un amplio margen al régimen para seguir adelante con su programa nuclear y sus políticas de desafío a Washington.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de enero de 2008