"Cuando los políticos no dejan de repetir que la macroeconomía va bien y ni siquiera hablan sobre la economía familiar, la que el ciudadano palpa, es que algo no les cuadra". Lo dice Fernando López Romano, responsable de Asuntos Económicos de la Confederación Española de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU), tras las declaraciones de los gobiernos catalán y central, que en los últimos días han sacado brillo a las positivas cifras de crecimiento y superávit público, y han llamado a evitar el "alarmismo" ante el deterioro de otros indicadores económicos, como el paro, el alza de precios y el endeudamiento.
"Nos dicen que no seamos alarmistas, y eso es una incitación a que sigamos consumiendo igual, no se puede decir eso alegremente porque las cifras indican lo contrario: la inflación, los tipos de interés y el endeudamiento familiar hacen necesario ajustarse el cinturón, un toque atención".
Es un mensaje contrario al que lanzó anteayer el portavoz del Gobierno catalán, Joaquim Nadal, quien quitó hierro a la incertidumbre y aseguró que "no es necesario ajustarse el cinturón".
"Pues nosotros les estamos diciendo a nuestros asociados que sean precavidos, con los créditos, con lo que compran", apunta López Romano, y advierte de que "la situación no ha acabado de explotar". "Ahora se ha añadido el problema del paro y el endeudamiento es peligroso".
La directora general de la Organización de Consumidores y Usuarios de Cataluña (OCUC), Montserrat Torrent, rechaza tanto el catastrofismo como "la euforia" y opina que "hay que ser más responsable" en lo referente a las arcas familiares. A su juicio, tanto en Cataluña como en el resto de España "hay un consumo muy elevado", aunque a costa de un "sobreendeudamiento". "Se piden créditos para pagar banquetes de boda, para irse de vacaciones, para comprar televisores... Y hay que saber hasta dónde uno puede llegar. La hipoteca no es lo peor", advierte.
En opinión de Rubén Sánchez, portavoz de la Federación de Consumidores en Acción (FACUA), la situación es "preocupante" para un "porcentaje elevado" de familias, pese a la velocidad de crucero de la economía española en general. "La subida desproporcionada en servicios y alimentación es preocupante porque el nivel de endeudamiento es muy superior al de hace años años".
Desaceleración
En este contexto, Caixa Catalunya revisó ayer a la baja la previsión de crecimiento del PIB catalán hasta el 2,8% en 2008, un punto menos que en 2007, por la desaceleración del consumo interno y de la inversión residencial, y los efectos negativos de la crisis financiera internacional.
Josep Oliver, responsable del estudio de la caja y catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), descartó, no obstante, una "crisis o recesión" y consideró sensata la moderación del consumo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de enero de 2008