En el último año las lluvias han sido escasas. Es el segundo ejercicio consecutivo en el que Cataluña, sobre todo su zona central, que se abastece preferentemente del Llobregat y del Ter, tiene que apurar el agua de los embalses. Es difícil que haya otro año peor en mucho tiempo, pero, por si acaso, el Gobierno catalán trabaja, al tiempo, en soluciones de emergencia.
Las campanadas de Año Nuevo dieron paso a la tradicional subida de tarifas en el transporte público. Este año los ciudadanos también deberán rascarse el bolsillo a la hora de coger el metro, el autobús, el tren de Cercanías o un taxi.
A las seis de la mañana, mientras gran parte de la ciudad de Barcelona está inmersa en un profundo sueño, los amantes del ocio nocturno todavía están despiertos. A esa misma hora, varias patrullas de la Guardia Urbana empiezan a desplegar un dispositivo especial de control de alcoholemia y drogas que está listo en media hora.