"Ha sido impresionante". Bomberos, guardias civiles, policías locales y trabajadores, todos coincidieron ayer en describir así el incendio que devoró pasadas las 7.45 de la mañana un almacén de muebles de 9.000 metros cuadrados en poco más de hora y media. De nada sirvió la alarma de incendios ni el agua que intentaron arrojar sobre las primeras llamas los trabajadores de la empresa Banak Importa. El fuego, cuyas causas aún se investigaban ayer, fundió el almacén sin dar opción a los bomberos. Sólo pudieron evitar que se extendiera a empresas colindantes en el polígono industrial de Riba-roja. El denso humo complicó la visibilidad a los conductores de la cercana A-3. "Las llamas se veían desde Valencia", comentó José Miguel Baset, oficial de guardia del Consorcio Provincial de Bomberos que dirigió la extinción con más de 40 personas. A media mañana, de la nave sólo quedaban las paredes exteriores ennegrecidas. Un empleado de Banak, R. G.O, de 31 años, quedó herido leve en una mano al romper el cristal de un coche para sacarlo del aparcamiento de la nave, y otro empleado sufrió quemaduras superficiales al salir de la nave. "Ha sido un infierno", aseguró José Calatayud, empleado de 20 años de Banak, que tiene otros tres almacenes en Valencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de enero de 2008