Unas 150.000 personas padecen una enfermedad renal crónica, dolencia que afecta el funcionamiento de los riñones y obliga en los casos más graves a recurrir a diálisis o a un transplante de órgano. En la foto, Antonio Lucas, de 56 años, se somete a diálisis. Después de dos transplantes, sigue obligado a ir tres veces por semana a depurar su sangre. "Cuatro riñones y ninguno sirve para nada", bromea. Le acompaña el jefe del servicio de nefrología del Hospital de Galdakao, Jesús Montenegro, que recalca la importancia de la detección precoz para tratarla a tiempo. "El 25% de los casos aún no han sido diagnosticados", afirma.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de enero de 2008