En los mercados de valores no hay sitio para el sosiego, aunque en esta última sesión se han producido numerosos altibajos que pudieran considerarse como un intento de tocar fondo en la actual crisis.
El Ibex 35 perdió en esta sesión el 0,92%, un resultado que puede considerarse como razonable después de haber bajado hasta un 1,85% y subir el 0,79%. La volatilidad de esta sesión responde a la lógica de una cadena de caídas y rebotes que escapan a cualquier posible control por parte de los inversores.
La situación internacional, lejos de tranquilizarse, continúa marcada por la incertidumbre, ya que lo que está en entredicho es la solvencia del sistema financiero de la primera economía mundial, que casi es como afirmar que las finanzas, a un nivel global, se la están jugando al todo o nada en los últimos meses. Por el momento, las ayudas que han llegado, salvo las inyecciones de dinero de la Reserva Federal, proceden del exterior, lo que parece indicar que las finanzas estadounidenses no pueden superar el problema por sí mismas. Las fuertes caídas de los mercados de valores son una respuesta primaria por parte de los inversores a esta cuestión de fondo para la que, al día de ayer, nadie tenía soluciones.
La liquidez de los valores es una baza muy importante en tiempos de crisis, de ahí que las principales sociedades, las que cotizan en el Ibex 35, estén teniendo un comportamiento menos negativo, aunque también hay grandes diferencias de tamaño en este índice. De todas formas, el Ibex de los valores medianos cayó el 1,21% y el de los pequeños el 2,92%, con lo que acumulan unas caídas anuales del 13,73% y del 15,34%, respectivamente, frente al descenso del 8,99% del Ibex 35.
El dato del IPC de 2007 en Estados Unidos, con una subida del 4,1%, es un problema añadido para que la Reserva Federal solucione una parte del problema mediante nuevos recortes de los tipos de interés.
La contratación subió hasta los 10.939,53 millones de euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de enero de 2008