Un Boeing 777 de British Airways procedente de Pekín se estrelló muy cerca de la pista cuando iba a aterrizar en Heathrow.
No hubo muertos y sólo una quincena de heridos leves, pero si el accidente se hubiera producido sólo unos cientos de metros antes, habría caído sobre un barrio habitado. Según declaraciones a la BBC de un trabajador del aeropuerto, el piloto le dijo que instantes de aterrizar "el avión perdió toda su fuerza y sus controles aéreos y tuvo que elevar el morro y planear hasta conseguir aterrizar". Al chocar contra la zona de césped previa a la pista, el aparato perdió las ruedas y se deslizó sobre su panza para parar justo al borde de la pista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de enero de 2008