Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
CARTAS AL DIRECTOR

La lucha continúa

Es triste comprobar que tenemos que estar de nuevo defendiendo derechos básicos. Y repitiendo consignas que pensábamos ya prescindibles. Es triste, indignante y absolutamente necesario: la campaña de la jerarquía eclesiástica contra la ley de aborto, la ofensiva que se está llevando a cabo contra las clínicas que realizan abortos, es una patada directa a los derechos de las mujeres y de toda la sociedad.

Lo que digo no es nada nuevo. Felizmente, se están levantando voces denunciando esta situación y avisando de los peligros que corren unas libertades tan duramente conseguidas. Felizmente también, maestras y maestros en la materia están sacando a la palestra las limitaciones de la actual ley y exigiendo una ley de plazos.

Por mi parte, insisto en lo más básico, en lo elemental, aquello que precisamente se ve más atacado. Lo más obvio. Hay que repetirlo machaconamente, continuamente, sin darnos tregua. Repetir una y otra vez: la ley no obliga a abortar a nadie, simplemente permite hacerlo a quien tenga necesidad. Repetir: abortar no es una fiesta, es una decisión terriblemente complicada para cualquier mujer. Repetir: nosotras parimos, nosotras decidimos. Repetir, repetir, repetir y defender con la palabra y con uñas y dientes nuestra libertad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de enero de 2008