San Sebastián está rendida hoy a su santo patrón. Ha llegado el gran día, la celebración más importante del año. Más de 16.000 niños y adultos redoblan sus tambores y barriles durante 24 horas al ritmo de la música de Raimundo Sarriegi. Las 101 tamborradas de mayores, repartidas por todos los rincones de la ciudad, y las 52 compañías escolares que desfilan este mediodía por el centro acaparan el protagonismo de una fiesta plena de ambiente, música y colorido, y con anuncio de tiempo soleado.
Sebastian bat bada zeruan, Donostia bat bakarra munduan (Hay un Sebastián en el cielo, Donostia sólo hay una en el mundo), dice en una de sus estrofas la Marcha de San Sebastián, que termina de la siguiente forma: Gu beti pozez, beti alai (Nosotros siempre con alegría, siempre contentos). Ésta es la consigna que tienen hoy todos los participantes de la tamborrada. Es la jornada en que las desavenencias se tornan afinidades y, por encima de todo, impera el formalismo de la fiesta.
Desde el momento en que la enseña oficial de San Sebastián comenzó a ondear anoche en la balconada de la Biblioteca municipal, en una plaza de la Constitución rebosante de público, los miles de tambores comenzaron a tomar calles y avenidas. La sociedad Gaztelubide, fiel a la tradición, dirigió ese mágico momento de la izada en medio de una explosión de júbilo irrefrenable.
Un regimiento multicolor
Al mediodía, toda la atención estará centrada en los pequeños. Este año se vivirá la tamborrada infantil más multiétnica de los últimos años, porque los cargos de honor de corresponden al Colegio San José, con mayoría de estudiantes extranjeros. Rosangela Andrea Lancho, ecuatoriana, será la Bella Easo, y su compatriota Luis Adrián Morejón, el General de la tropa. El desfile comienza a las 12.00 en Alderdi Eder bajo la dirección del Tambor Mayor, Eduardo Arnal, donostiarra del Colegio Belén.
Cuando la fiesta esté en su máximo apogeo, la donostiarra Cristina Garmendia, investigadora, empresaria y presidenta del Grupo Genetrix, pionero en el sector de la biotecnología, recibirá en el salón de plenos del Ayuntamiento el Tambor de Oro, la máxima distinción que otorga la ciudad.
Ayer hubo más distinciones en la casa consistorial. En un acto muy emotivo presidido por el alcalde, Odón Elorza, se entregaron las medallas al Mérito Ciudadano a Carlos Benito, médico de profesión y promotor de actividades culturales y deportivas; Lourdes Oñaderra, doctora en Filología vasca y escritora, y a las asociaciones Kalapie, Ademgi y Verdini Dantza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 20 de enero de 2008