Mura es un pueblo pintoresco, muy bien arreglado, propio de un pueblo ampurdanés situado en la zona norte del parque de Sant Llorenç de Munt, a unos 20 kilómetros de Terrassa. A esta pequeña localidad se puede llegar por varias carreteras, aunque la más habitual es la que sale de Terrassa a Navarcles (BV-1221). Mura, en la actualidad, es un lugar de veraneo y de segundas residencias, aunque tradicionalmente ha sido un poderoso centro de atracción de numerosos pintores paisajistas por la gran belleza del casco antiguo del pueblo. La iglesia románica de Sant Martí o el antiguo castillo de Mura avalan una visita al lugar. Pero la gran excusa para acudir a la localidad son las cuevas de Mura.
Descubiertas a mediados del siglo XIX, las cuevas de Mura son una de las pocas cavidades subterráneas del macizo con importantes formaciones de caliza. La visita a las cuevas se convierte en una ruta circular con salida y llegada en el centro del pueblo. El itinerario comienza en el Centro de Interpretación de Mura. Se cruza la riera de Nespres y se continúa caminando por una ligera cuesta hasta entrar en el curso del torrente de Reixac. Tras proseguir un tramo por un camino de la ladera del torrente, el camino se desvía hacia la derecha. Bien señalizado el sendero, el caminante pronto encontrará las señales que llevan a las cuevas de Mura. Una ligera ascensión apta para todos los públicos.
La excursión a las cuevas vale la pena. No sólo por iniciarse en el mundo de la espeleología para deleitarse del espectacular panorama que forman las estalactitas y estalagmitas que el visitante encontrará en la sala de entrada de las cuevas de Mura, sino también por la variedad de vegetación que verá durante el paseo o los caprichos de la erosión, que a lo largo de milenios ha construido formaciones peculiares, como las rocas del Cargol. Ahí, en esta escultura de la naturaleza, el caminante puede refrescarse en la fuente del mismo nombre. Una ruta muy amena que se completa en unas tres horas como máximo y que, tras el pequeño esfuerzo realizado, el caminante gourmet tiene la oportunidad de recalar en Cal Carter, en Mura, y degustar los platos típicos del pueblo. Es la otra excusa para visitar Mura.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de enero de 2008