Entiendo que bajo el turbio título de Gente su periódico decidió hace tiempo dedicarle dos valiosas páginas diarias al negocio seudoperiodístico del cotilleo. Como cualquier otro lector me sentí compungido por la decisión, tan oportunista en los tiempos que corren.
Pero el pasado martes 22, el grado de estupefacción llegó a cotas desproporcionadas. Se le dedicaba una columna nada menos que a la apasionante noticia de que el príncipe Felipe se había aburrido en el cine durante la proyección de la película Deseo, peligro, de Ang Lee. La noticia, de una relevancia mayúscula, se amparaba en la versión de un testigo presencial, que sentado en una butaca próxima le había escuchado a don Felipe la siguiente frase durante la proyección: "Vaya rollo, ¿no?". El suceso merecía un destacado, quizá la portada del periódico hubiera sido más pertinente.
En el futuro, siendo coherentes, habrá que saber si el heredero a la Corona se aburre durante alguno de los cientos de discursos institucionales que soporta con profesionalidad o incluso durante el mensaje televisado que su majestad el Rey nos regala cada Nochebuena.
Quizá lo más grave fue la disculpa que ofrecía el redactor del notición para justificar el sopor del Príncipe. La película duraba más de dos horas y estaba subtitulada. Vamos, algo intolerable. Por favor, no se vuelvan locos, los necesitamos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de enero de 2008