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Reportaje:gastronomía

Caviar de Jerez

De la copa de balón a las bolitas para saborear en cucharadas. Como otros muchos productos, en un momento gastronómico en el que se funde lo salado con lo dulce y lo líquido con lo sólido, el coñac puede beberse o comerse.

El brandy de Jerez se ha puesto las pilas, quiere rejuvenecerse, y lo ha hecho saber estos días en la cumbre culinaria internacional Madrid Fusión con unas latitas semejantes a las cotizadas huevas de esturión. Así, gracias a la técnica de esferificación popularizada por El Bulli, la firma Cardenal Mendoza ha elaborado un caviar Solera Gran Reserva. Las bolitas explotan en la boca y liberan un sabor intenso y vigoroso. Puede introducirse en una taza de café, pero resulta mejor tomarlo en frío. En cualquier caso supone un reto para paladares remilgados. "Es un lujo emocionante", dicen sus promotores (www.romate.es). Según Evaristo Babé, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Brandy de Jerez, "es una manera de acercar el brandy a otro tipo de público". De momento, el caviar de Jerez se encontrará en restaurantes al tanto de innovaciones.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de enero de 2008