Difícil es ver feliz a Frank Rijkaard cuando llega a la sala de prensa de El Madrigal. En las cuatro ocasiones anteriores tuvo que dar explicaciones sobre las derrotas del Barça -la única victoria se la perdió por hallarse enfermo-. Pero anoche su semblante reflejaba más serenidad. El empate no era un mal final.
"Siempre resulta un campo complicado para nosotros. En cualquier momento pudo cambiar el partido. Nosotros tuvimos ocasiones, pero el Villarreal también", explicó Rijkaard, que vio dos partes diferenciadas: "Hemos empezado bien, con las ideas claras, siendo agresivos y buscando el gol. Al no conseguirlo en los primeros 20 minutos, se ha bajado un poco la intensidad, el equipo se ha parado algo y hemos pensado que había otro encuentro".
Manuel Pellegrini coincidió con su rival: "El duelo estuvo igualado. Superamos al Barcelona en el primer periodo y fuimos superados por él en el segundo". El chileno no ve la eliminatoria perdida: "Ha sido importante que, al menos, no nos hayan marcado ningún gol en nuestra casa".
El Barça mostró su imagen más esforzada y solidaria. Por instantes, eso sí, áspera. En la segunda parte bloqueó al Villarreal, al que apenas dio respiro, pero el balón no entró. "Hay que preocuparse cuando no se generan ocasiones", sentenció Rijkaard.
Según Pellegrini, no tuvo nada que ver la presencia de Messi en el terreno de juego tras el descanso para que su equipo cediera. "Perdimos la posesión del esférico, pero no por la presencia del argentino", expuso.
A pesar de todo lo acontecido, de verse al mejor Barça que ha pasado por El Madrigal en el último lustro, el primer combate deparó un empate sin goles.
Un resultado favorable a los azulgrana, aunque no definitivo. Lo cierto es que el Barça ha apostado en serio por la Copa. Así lo entendieron los jugadores del Barça, que pidieron la hora al colegiado en los últimos arrebatos de orgullo del Villarreal y se abrazaron al final.
Por una vez, no salieron derrotados del terreno castellonense.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de enero de 2008