Jérôme Kerviel, el hombre más buscado de Francia, seguía ayer sin poder ser localizado, pese a que su abogado asegura que no se encuentra huido. El joven, apodado "el hombre de los 4.900 millones de euros" por la prensa francesa, se encuentra "a disposición de la justicia", según su letrado, que no dio más pistas a pesar de las especulaciones sobre su paradero y, sobre todo, sus motivaciones. Los analistas destacaban ayer que Société Générale le dejó marchar, sin más, tras interrogarlo el domingo. El banco insiste en que Kerviel no se benefició del fraude.
El broker se enfrenta a una denuncia basada en "falsedad en escritura de banca, uso de documentos falsos e intrusiones en escritura", y podría ser condenado hasta a ocho años de cárcel por esos cargos. La Fiscalía de París, en cuyas manos podría acabar también una denuncia interpuesta en un tribunal de Nanterre, se mostró ayer muy prudente al indicar que es "prematuro" sacar conclusiones, y se limitó a asegurar que el asunto es de una "enorme complejidad".
La asociación de pequeños accionistas presentó una demanda contra los directivos del grupo bancario. En una carta publicada ayer en la prensa, el presidente del banco, Daniel Bouton, pidió excusas por los "malos resultados" de 2007, y declaró que el banco conserva "absolutamente intacta" su capacidad para "reanudar el crecimiento rentable que lo caracteriza desde hace mucho tiempo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de enero de 2008