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IV SEMANA DE LA MODA

Ion Fiz demuestra su madurez constructiva

Color, ambigüedad, siluetas gentiles y mucho negro. De todo como en botica pero al mismo tiempo con muchas dudas formales. Es la propia pasarela, con su particular instinto de fagocitar a sus hijos, que debe poner las cosas en su sitio. La experimentación como tal tiene su foro específico, pero las colecciones de prêt-à-porter tienen sus reglas y esas son las que las hacen viables y asequibles.

La segunda jornada de la cuarta edición de la pasarela valenciana abrió con cuatro desfiles dobles de resultado irregular. Tras el paso retro de Pilar Vidal recordando a Kiki de Montparnasse, Anamaría se mostró mucho más contenida de lo habitual. A continuación, Miquel Suay nos dibuja un hombre que navega entre la modernidad y la sastrería, entre el cosmopolitismo y el sabor más comercial con su peculiar relectura de la imaginería zarista hasta el sombrero cosaco los cinturones e insignias de la iconografía rusa. Matilda y Luis Alejandro compartieron desfile y en intenciones: algo de imaginación y mucho estándar. Pisa fuerte lo vendible sin tapujos, lo convencional como paisaje estético dominante, aunque sea en colores brillantes. Luis Alejandro domina el color prismático, el tratamiento de la licra de algodón y el concepto del sport-chic.

Lavandera y Yiyi Gutz son las propuestas más de vanguardia de este día con colecciones resueltas en formas simétricas que nadan entre la rigidez y la fría calidez; desde el total black de Lavandera al electrocardiográfico de Yiyi.

Ion Fiz hizo desfilar con romanticismo y brillantez desde los muchachos soñadores de Eton a las amazonas de Clarence House. Esclavinas pluviales, kilt escocés evolucionado, marroquinería y accesorios muy estudiados y de calidad, además de una gama húmeda, aquietada y norteña: oliva, caqui, camel y crudos.

Álex Vidal, en tándem con su hijo homónimo, presentó una colección para hombre y mujer evolucionada y modernizante, donde se nota la mano de la nueva generación. Gamas del beige al rosa veneciano, malvas con grises antracita y el negro con el blanco, dentro de un estudio silhouette que evoca a Gatsby y a partir de las estupendas sedas artesanas y exclusivas de Rafael Catalá.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 31 de enero de 2008