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COLUMNA

El héroe como residuo

Si atendiésemos a las ideas recibidas, tendríamos que convenir que John Rambo es el icono del fascismo de multisalas que el cine americano de los ochenta envasó en forma de ruidosas películas de acción. La naturaleza ideológica del personaje es algo más problemática: Rambo cobró su forma como mito cinematográfico a partir de su segunda aparición en la pantalla. El escritor David Morrell no concibió al personaje como héroe, pero Stallone tenía otra lectura en la cabeza. Para el actor, Rambo es el elemento residual de un sistema que crea, diseña, educa e instrumentaliza máquinas de matar para poco después desecharlas. Dándole esa vuelta de tuerca al personaje, Stallone daba voz a uno de esos yacimientos de colectivo descontento que ponen los dientes largos a todo político populista.

JOHN RAMBO

Dirección: Sylvester Stallone.

Intérpretes: Sylvester Stallone, Julie Benz, Graham McTavish, Matthew Marsden, Reynaldo Gallegos.

Género: acción. Estados Unidos, 2008.

Duración: 93 minutos.

Este crítico no puede evitar rendirse a la extraña fascinación de este crepuscular y casi terminal John Rambo. Stallone recupera el mito sin atender a cambios de sensibilidad, ni de corrección política: su filme es una oda a la violencia y un canto anabolizado al cansancio del héroe.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de febrero de 2008