Una contradicción recorre la Valencian International University (VIU), la plataforma de educación superior en Internet que la Generalitat pretende abrir en noviembre. El Consell ha ideado un complejo método de evaluación a través de la Red. Y un plan para buscar vuelos baratos que permita a sus alumnos de todo el mundo desplazarse a las sedes en las que deberán examinarse físicamente para obtener los títulos oficiales. No está claro qué instalaciones se utilizarán en Asia, América Latina o Estados Unidos, pero entre ellas estarán las del Instituto Valenciano de la Exportación.
"Por lo que cobran, los profesores deberían trabajar más", dice Barberá
Los creadores de la VIU reconocen, en cambio, no tener "ni idea" sobre cuántos estudiantes tendrán al año de empezar a funcionar, ni al otro, ni una década después. Se ignora quienes elegirán al rector, ni cómo se tomarán las decisiones en la estructura "consorciada". Nadie se ha parado a pensar la forma de retribuir a los profesores de las universidades públicas valencianas integradas en la VIU que elaboren "contenidos" para la plataforma. La oferta de títulos se irá decidiendo sobre la marcha. Y, quizá, la Generalitat podría subvencionar la matrícula de los alumnos valencianos.
De la descripción ofrecida ayer por Emilio Barberá, secretario autonómico de Universidades, se desprende que el proyecto ha sido diseñado al detalle en algunos aspectos mientras muchos otros permanecen en un total estado de indeterminación.
Ello no impidió que Barberá endureciera el tono al referirse a la negativa de los rectores de las cinco universidades públicas de unirse, de momento, al proyecto. Cuanto más tarden en dar el paso, indicó, menos influirán en su configuración. El secretario autonómico rechazó también el supuesto aparentemente aceptado desde que el consejero Alejandro Font de Mora se hizo cargo del área de universidades, de que la VIU no pondrá echar a andar realmente hasta que no cuente con los grandes campus públicos. Hasta ahora, la Generalitat ha alcanzado acuerdos más o menos concretos con la Universidad Católica San Vicente Mártir, la Cardenal Herrera CEU, y las delegaciones valencianas de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y de la UNED. Barberá confía en captar universidades públicas y privadas de todo el mundo.
El órgano supremo de la VIU es su fundación. Todos los asientos de su junta directiva (el patronato) la ocupan hoy cargos del Gobierno valenciano. El objetivo es, sin embargo, atraer otros patronos, que aporten recursos económicos, especialmente del mundo empresarial.
La principal pata de la fundación es la VIU en sí misma, regida por un comité científico que forman las universidades integradas, y que aceptará o rechazará las solicitudes de las aspirantes. Si a la Universidad de Cambridge le interesase entrar, imaginó Barberá, el comité científico le ofrecería probablemente condiciones especiales: por ejemplo seis veces más votos que a los demás miembros.
Las universidades prepararán "contenidos" que serán ofertados por Internet y recibirán un porcentaje del dinero que generen. ¿Cómo serán retribuidos los profesores de los campus públicos que participen? La Generalitat ignora incluso si lo serán. Barberá afirmó al respecto que por lo que ya se cobra en la universidad "tendría que hacerse mucho más trabajo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de febrero de 2008