El petróleo alcanza los 100 dólares por barril. Ello, unido a los problemas causados por la crisis de las hipotecas de alto riesgo, hace perder la confianza a los inversores. La Bolsa primero baja, luego se desploma. Parece que viene una recesión. Ante una previsión de menor demanda de petróleo por la recesión, el precio del petróleo baja. Bajada brutal de los tipos de interés y medidas excepcionales del Gobierno de EE UU. Parece que no habrá (todavía) recesión. La Bolsa sube. El petróleo, también. Pero bajar los tipos de interés estimula el endeudamiento. Es una huida hacia adelante. Muchos se han endeudado para invertir en una Bolsa que en cualquier momento puede desplomarse de nuevo. Y el petróleo se sigue acabando. ¿Qué pasará cuando vuelva a ponerse a 100 dólares? Cuidado con los tiempos interesantes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de febrero de 2008