Las críticas a los obispos y sus recomendaciones ante las elecciones del próximo 9 de marzo comienzan a surgir en el seno de la Iglesia desde ámbitos que no son sólo los de movimientos cristianos de base.
El abad de Montserrat, Josep Maria Soler, una de las voces más significativas de la Iglesia catalana, pidió "respeto" ayer para "los que no tienen en la Iglesia su hogar espiritual". El abad recordó, sin citar la nota de la Conferencia Episcopal que pretende guiar el voto de los fieles, que "ningún proyecto político puede pretender tener la exclusividad de representar al Evangelio". Lo dijo en la misa dominical de la abadía, retransmitida ayer por la radio y la televisión de la Generalitat. "Los miembros de la Iglesia no podemos pretender tener ningún monopolio", remachó el abad.
"La Iglesia debe proponer de forma serena y sin imposiciones la luz que nos llega del Evangelio (...). Debemos hacerlo a través del diálogo y de la misericordia y no desde la confrontación", dijo ante los fieles. Soler ya se distanció hace meses de la Conferencia Episcopal al defender el Estatuto catalán en plena campaña del Partido Popular y de los obispos contra esa norma autonómica.
También ha rechazado en varias ocasiones que la Iglesia esté perseguida en España. En algunas de estas críticas el abad ha estado acompañado por varios prelados catalanes, pero no ahora.
Los diez obispos de Cataluña han acatado sin rechistar la nota electoral de la Conferencia Episcopal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 4 de febrero de 2008