Miles de personas huyeron ayer de Chad hacia Camerún para tratar de escapar de los combates entre el Ejército y los rebeldes, que desde el sábado asedian la capital, Yamena. Las agencias humanitarias advierten de que hay "decenas de cadáveres" en las calles y más de 500 heridos.
El presidente, Idriss Déby, que el sábado parecía contra las cuerdas, ha recuperado el control de la ciudad. Los guerrilleros aseguran, no obstante, que su repliegue es sólo táctico, con el fin de ayudar a los civiles a escapar de los combates, pero aseguran que regresarán a Yamena.
Las posibilidades de los guerrilleros -ex miembros del círculo íntimo de Déby que cuentan con el respaldo de Sudán- de conquistar el poder se reducen cada día que pasa. La ONU condenó ayer la ofensiva rebelde, también repudiada por la Unión Africana y Francia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de febrero de 2008