¡Qué sano es a veces leer periódicos! Lo digo porque, gracias a ellos, uno se ha enterado de que la consejera Eva Almunia aseguró en las Cortes aragonesas que estaba negociando la vuelta de bienes de Lérida con dos monjas de Sijena ¡que llevan siete años muertas!
Este asunto le recuerda a uno la España más profunda, en la que los caciques conseguían las papeletas de voto de ciudadanos muertos: verdadero culto a los muertos, más propio de Halloween que de carnaval. ¡Ay!, si Huesca fuera Cádiz, seguro que alguna comparsa habría dedicado a Almunia una de sus ácidas chirigotas.
La Asociación para la Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa) ha exigido la dimisión de la consejera; algo que Marcelino Iglesias debería tomarse en serio para conservar la credibilidad del PSOE aragonés en fechas de precampaña. Pero a Marcelino le debe de fallar la comprensión lectora, como a los alumnos aragoneses (PISA dixit), pues bien poco caso hace de todo lo que los medios sacan a la luz sobre la educación y la cultura aragonesas. Además de traernos de vuelta los bienes, señor Iglesias, háganos el bien de retirarnos a esta consejera: por lo menos no nos dará tantos motivos para el choteo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de febrero de 2008