El presidente de los comerciantes del distrito barcelonés de Sant Andreu, Joan Mateu, afirma que la desaceleración económica apenas les afectará. "Una cosa es que bajen los pisos, otra que se vendan menos coches y quizá que la gente viaje menos. Pero todo este dinero que no se gasta en esto se lo deja en las tiendas. Igual en vez de comprarse un jersey, se deja dos", dice.
Mateu recuerda que antes del boom inmobiliario la gente compraba tres pares de zapatos al año, y que ahora compra una media de uno y medio. Asiente Xavier Andreu, de una de las entidades de comerciantes de Ciutat Vella, que afirma que en el consumo de las familias, además de la renta disponible, influyen razones como la comodidad o la calidad del producto. "Tampoco nos ha dado tiempo a notarlo todavía, acabamos de pasar las rebajas", remacha.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de febrero de 2008