El mosso d'Esquadra que el miércoles disparó a un compañero de forma accidental en unas prácticas de tiro tenía que asegurarse de que su pistola estaba descargada. Ésa fue la orden que el instructor dio a los escoltas, que se entrenaban simulando una situación de riesgo en una galería de tiro. Sin embargo, el policía o se olvidó, o hizo una comprobación errónea. De modo que, cuando se enfrentó al ejercicio, la pistola seguía cargada, según fuentes conocedoras del caso. La bala atravesó el abdomen de su compañero, que fue trasladado al hospital. La herida es limpia y no se teme por la vida del agente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de febrero de 2008