El Ayuntamiento de Salamanca, gobernado por el PP, ha anunciado su postura contraria al llamado canon digital. La postura en sí no sorprende, puesto que es conocido que hace tiempo Mariano Rajoy decidió, en un ejercicio de oportunismo, cambiar de opinión. Lo asombroso del posicionamiento es su argumentación. Según los populares salmantinos, resulta injusto que todos los ciudadanos tengan que pagar cuando no son todos los que realizan copias ilegales. Seguro que todos los salmantinos se hubieran alegrado de que este mismo razonamiento fuera aplicado con las brutales subidas de tasas: es injusto que todos los ciudadanos paguen por culpa de una pésima gestión que se cuantifica en cientos de millones de euros de deuda, o que paguen ahora vía tasa lo perdonado a ciertos constructores: 20 millones de euros.
El PP ofrece un espectáculo poco edificante al mostrar una piel tan fina en este asunto y permanecer indiferente ante las reivindicaciones de los vecinos. Sería de agradecer que abandonaran el mundo virtual y se dieran un baño de realidad observando las carencias de los barrios de la ciudad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de febrero de 2008