Decepcionante espectáculo el que ofrecieron el Mallorca y el Almería, dos modestos que, en diferentes momentos de la temporada, han compartido ensoñaciones europeas y que llegaban al duelo en un buen momento de forma.
El partido empezó con diez minutos de retraso porque Pérez Lasa obligó al Almería a cambiar de camiseta para no confundirse con los locales. El remedio fue peor que la enfermedad: la segunda camiseta del Almería, de color naranja, favoreció aún más la confusión. Por no hablar de los calzones, prestados por el Mallorca y que lucían el emblema del club balear en el frontal y la publicidad de cada una de las islas baleares en el trasero. El cambio alcanzó incluso a los periodistas acreditados en el césped, que tuvieron que sustituir su sempiterno peto anaranjado por uno gris.
MALLORCA 0 - ALMERÍA 0
Mallorca: Moyá; Scaloni, Ramis, Nunes, Fernando Navarro; Jonás, Basinas (Varela, m. 70), Ibagaza, Arango; Güiza (Nsué, m. 84) y Trejo (Borja Valero, m. 58). No utilizados: Lux; David Navarro y Molinero.
Almería: Alves; Bruno, Carlos García, Pulido, Mané; Juanma Ortiz (López Rekarte, m. 81), Felipe Melo, Juanito, Corona (José Ortiz, m. 65); Crusat y Negredo (Uche, m. 75). No utilizados: Cobeño; Cisma, Acasiete y Soriano.
Árbitro: Pérez Lasa. Mostró la tarjeta amarilla a Juanma Ortiz, Güiza, Bruno y Nunes.
Unos 14.000 espectadores en el Ono Estadi.
El choque resultó cargante. Los equipos, aparentemente parejos: compactos en la defensa y amigos del toque en el centro del campo. El Mallorca y el Almería se desenfocaron sin remedio a la hora de asaltar la portería rival pese a la presencia de Ibagaza, Güiza o Negredo.
Después de un soporífero primer tiempo, la segunda parte fue algo más generosa en ocasiones, la mayoría de ellas consecuencia de fallos y descoordinaciones del contrario. Un escasísimo inventario futbolístico para dos escuadras que sólo son ambiciosas a ratos y que ayer mostraron su lado más conformista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 11 de febrero de 2008