Siete sicarios que trabajaban para el cartel de Sinaloa fueron detenidos ayer en posesión de seis rifles, fusiles, 10 granadas y una ametralladora antiaérea en la capital mexicana. Los miembros del grupo, que viajaban repartidos en dos furgonetas cuando fueron detenidos, aseguraron que se dedicaban a la carpintería y a la albañilería, pero al revisar los coches, la policía encontró el arsenal y 800 cartuchos.
Por otra parte, un policía mexicano, dos veces distinguido con el premio "Policía del año", fue detenido ayer en la capital como sospechoso de extorsión, al permitir a decenas de vigilantes de coches trabajar en los alrededores de un estadio de fútbol a cambio de dinero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de febrero de 2008